Bakunas

La Comisión Europea ha suspendido la comercialización de la «vacuna» COVID de AstraZeneca. La razón: puede causar trombosis. En casos poco frecuentes, cierto, pero mucho más de lo que aconseja la prudencia. Hace pocas semanas, Bloomberg informaba de que las vacunas COVID de Pfizer, Moderna y AstraZeneca aparecían claramente vinculadas con casos de desórdenes cardiovasculares, cerebrales y sanguíneos, según una investigación de la Global Vaccine Data Network. El estudio señalaba igualmente la poca frecuencia de los casos, pero, una vez más, el número de los efectos adversos registrados era lo suficientemente alto como para suspender la aplicación de las inoculaciones. Dicho de otro modo: todos los que en su momento manifestaron sus reservas sobre la aplicación indiscriminada de una terapia experimental tenían (teníamos) razón. La asociación de estas inoculaciones a casos de miocarditis y trombosis no era un «bulo», como repetían nuestras autoridades y sus medios vasallos, sino un hecho bien real. El poder —político, mediático, económico— nos ha engañado, y lo ha hecho a conciencia.

Probablemente sólo estamos viendo la punta del iceberg. Los casos de muertes súbitas en gente joven apenas sí se reportan. La mayoría de los medios callan. En España, en particular, el silencio mediático sobre este asunto es........

© La Gaceta