Petit Napoleón muere en la estepa
Los jóvenes no aguantan una canción de más de tres minutos como para aguantar la mili y, no digamos, la guerra a la que Macron quiere enviarles. Nada menos que al frente ruso. Como nuestros abuelos, pero al revés. Suenan tambores de guerra en el Elíseo, pero la última vez que un gabacho se empecinó en doblegar a Moscú acabó colapsando ante el general invierno en la estepa rusa. Le petit Napoleón es orgulloso y cree —igual que nuestros abuelos, ahora sí— que Rusia es cuestión de un día para la fiel infantería.
De nuevo Rusia es culpable, sólo que ahora nadie sabe por qué y no hay rastro de los 20.000 jóvenes que tomaron las calles de Madrid cuando Serrano Suñer pronunció aquel eslogan desde el balcón del 44 de Alcalá, sede de la secretaría general del Movimiento. El banderín de enganche es hoy la propaganda más burda (gasoducto nord stream) difundida por una clase dirigente responsable del clima bélico-atómico (siempre lejos de Washington) y del encarecimiento de la calefacción con la hipocresía marca de la casa: envía armas a Kiev mientras compra el gas a Putin.
La guerra de Ucrania es la gran distracción para la Europa occidental, que tapa sus vergüenzas aludiendo al espantajo del oso imperialista. Algunos fantasean con el Ejército Rojo (¿o es blanco zarista?) desfilando en Bruselas y el Kremlin manipulando elecciones........© La Gaceta
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