Occidente ha virado al proteccionismo y el triunfo de Trump es sólo la confirmación de un proceso irreversible que comenzó en 2016. Ese año, crucial para el mundo, tres hitos desmontaron la narrativa oficial: el Brexit, la victoria de Trump contra el establishment —mediático, político y hasta el de su propio partido— y el «no» del pueblo colombiano en referéndum a los acuerdos del presidente Santos con las FARC.
Esta ruptura de la clase media con el poder refleja, en los dos primeros casos, una vuelta al proteccionismo que los medios llamaron fascismo y en el mejor de los casos populismo iliberal. Hace ocho años el grueso de la prensa saludó la victoria de Trump con idéntica unanimidad norcoreana a la que asistimos estos días (Vallés, Ferreras, Alsina, Herrera, Camacho…), anunciando el fin de la democracia, el cierre de medios y el asalto a la Justicia mientras en España califican de acuerdos de Estado el reparto de jueces.
Ninguno de los viejos vaticinios se cumplió y Trump fue expulsado de la Casa Blanca a la que ahora regresa. Su victoria no es tan........