No nos vais a callar
En un nuevo acceso de delirio boomer de este casposo Gobierno, han vuelto a empacar la idea de abolir la libertad de expresión con un lacito nuevo, utilizando vilmente la histeria tuitera habitual cada vez que se produce un suceso horrible capaz de conmocionar a la nación. La especulación en medio de una investigación policial abierta, no sólo no es delito, sino que forma parte del trabajo periodístico más elemental desde que se hacen periódicos y tertulias, y a menudo es lo que permite abrir nuevas vías de indagación hacia la verdad de lo ocurrido. Más aún: puede salvar vidas cuando un asesino anda suelto. Pero no perdamos el tiempo: al Gobierno no le importa lo que hablen los tuiteros, sino amordazar a los informadores libres que están destapando sus corruptelas, mentiras e incompetencias. Los tuiteros y la cantinela de los discursos de odio son la excusa.
Ocurre que, tal vez por estar de vacaciones, no han medido bien esta campaña de fingida indignación, coordinada por algún advenedizo de........
© La Gaceta
visit website