El machismo de los delfines

¡Vuelven les galles que violan a les gallines! ¡Paren las rotativas!, si se me permite el grito boomer. Leo en El País que los delfines no son «las criaturas adorables que hemos visto en los documentales», que hacen «juegos siniestros» como el pase de pelota con pez globo —siniestro, sí, pero la estampa me parece divertidísima—, o incluso acosan en manada «y fuerzan a las hembras de su especie», que es buen matiz, porque no quiero ni pensar la que se puede liar si intentaran forzar en manada a las hembras del hipopótamo.

Lo mejor de la noticia, que no es noticia, son los tuiteros de última hornada denunciando que el patriarcado de los hombres, o sea, los que somos violadores en potencia según el feminismo gagá, se ha contagiado incluso hasta el reino animal de los simpáticos delfines, como si fuera una pandemia, como la de la estupidez que arrasa Occidente.

Es claro que la izquierda millenial, es decir, el........

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