Incendió las redes la influencer Dulceida posando con el recién nacido en una mano y un fuet en la otra, un fuet al que le colgaba la etiqueta. Parecía un cuadro: la madonna de Tarradellas, y todo el mundo pensó que era un anuncio.
Pero Dulceida lo desmintió a las pocas horas, y se quejó de que se pudiera enturbiar así «un momento tan íntimo». Mala praxis, dijo, y mandó a la mierda a los críticos. Explicó que por ley la publicidad en las redes sociales debe venir señalada. Un rotulo ha de indicar qué parte de la vida influencer es real y qué parte anuncio.
Puede que lo del fuet no fuera publicidad sino algo peor. En realidad, Dulceida está........