Con lo que ha sido el PSOE

Tras las pasadas elecciones gallegas, la inefable Cuca Gamarra conminaba a Pedro Sánchez a una reflexión profunda. A modo de acompañamiento espiritual, le soplaba dónde residían las claves del fracaso electoral del PSOE en territorio neofalante. «Ha abandonado sus principios y sus siglas para alimentar el independentismo. Esperemos que haya aprendido la lección».

Lo de Cuca es siempre un pelín exasperante, como de sermoncito de ursulina. Lo de Cuca y el PP. Parece que no se enteran de nada, pero algo intuyen. Hacer como que el PSOE no está siendo fiel a su característico cursus infamiae —a sí mismo— es tanto como pretender que el PP no pepee, que es lo que borda Cuca. El Partido Popular necesita ineludiblemente otorgar al Socialista un aura de socialdemocracia nórdica —lo que nunca ha sido— para poder autolegitimarse y así vender la moto que mantiene el sistema del que ellos surgen. Visten al muñeco, decoran el donut con sprinkles, dibujan un partido imaginario con el que están en una carrera de reglas poco claras, que hace aguas y tiene muchas trampas. A estas alturas es innegable la arquitectura defectuosa de la Constitución.

Estos días, el neocolumnismo, siempre en perfecta sintonía con los populares y en un proceso simbiótico con el Régimen, se lleva las manos a la cabeza con el Caso Koldo-Ábalos-Armengol-Marlaska. Hablan de «sanchismo» como de una anomalía, una excrecencia........

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