El oro que no fue (parte 1) |
Uno vive grabando una película sin darse cuenta. No una de esas superproducciones épicas, sino una hecha de escenas sueltas, a veces mínimas, otras inesperadas. Los años definen los nombres de estas películas: 1986, 1998, 2020. Yo, al 2025, prefiero llamarle El oro que no fue.
Todo debe comenzar con un contexto. No soy un deportista élite. Nunca lo he sido. Practico algunos deportes que me apasionan y que me permiten, al menos, oxigenar el cuerpo. Corro para sentirme vivo, para ordenar ideas y para dormir en paz. Corro como amateur, sin pretensiones heroicas ni pendiente de las marcas triunfales.
Desde esa lógica, este año se me ocurrió representar a la universidad en unas competencias nacionales de atletismo. Serían en Medellín, en agosto.........