14 de noviembre |
Es viernes y son las 7:50 a. m. Salí por primera vez, después de cuatro meses, con destino al trabajo. Espero en portería un carro que pedí por aplicación. Me vestí de negro, coloqué un rebozo de flores de colores sobre mis hombros y me cargué una bolsa de tela con mi computadora y el termo con café. Antes de salir, le di un beso en la mejilla a mamá y otro en la frente a bebé, y cerré la puerta sin mucho protocolo. Creí que eso sería todo, simple, pragmático. Pero no.
Me siento en el carro. El conductor saluda y comenta lo bonito de mi rebozo. Le respondo algo amable y breve, disimulando la turbación. Me siento extraña. ¿Es tristeza? ¿Desasosiego? Uhmmm. Él me muestra un saco tejido que lleva en el carro. Lentamente, articulo las sílabas para ocultar el bulto que........