Empecemos por precisar que lo que en Colombia llaman “paz” no es otra cosa diferente que la legalización de todos los crímenes cometidos, principalmente, por las guerrillas. Estoy hablando de narcotráfico, depredación del medio ambiente, violación a los DH´s y al DIH.
Por esta vía, la de la mal llamada “paz”, los guerrilleros se han garantizado la impunidad total, el olvido de todos los crímenes contra la humanidad y la subversión de la realidad. Para ello, han trabajado mancomunadamente con políticos, sacerdotes, periodistas, jueces, magistrados, militares, profesores, movimientos sociales, empresarios, entre otros. La infiltración guerrillera al Estado ha sido cuidadosamente planeada desde todos los ángulos de la sociedad incluyendo la internacional.
Así, la impunidad total se puede apreciar en que los guerrilleros han salido del monte directamente a ocupar altos cargos en el Estado (sin mayor formación académica y técnica) y con las manos tintas en sangre han acariciado el poder colombiano como ningún otro grupo criminal lo ha hecho. Lo digo porque sus pares, es decir, los paramilitares, fueron sometidos a la justicia y extraditados; por demás, quienes colaboraron con esa causa criminal, han pagado con pena intramural sus delitos (léase parapolítica).
Por si fuera poco, la guerrilla se ha adueñado de expresiones como “los de la paz”, “la vida”, “el amor”, “la justicia........