La indignación que siento ante los crímenes que afectan a nuestros niños y adolescentes es profunda. Cada caso de abuso o asesinato resalta la fragilidad de la infancia y la urgente necesidad de protegerla. Sin embargo, aunque la frustración es comprensible, debo reconocer que la cadena perpetua no es la solución. ¿Dónde queda el cumplimiento de nuestra Constitución cuando tantos niños son víctimas de crímenes atroces? La justicia parece ser para los criminales, no para las víctimas. ¿Hasta cuándo seguiremos permitiendo esto?
La Constitución de Colombia prohíbe penas que vulneren la dignidad humana. El artículo 34 establece que "ninguna persona puede ser sometida a penas crueles, inhumanas o degradantes". Esta visión ha sido reafirmada por la Corte Constitucional, que ha........