Dos pasos y la gloria

No vale la pena hablar de Panamá. Como equipo, poco o nada.

Colombia pasó de largo con autoridad, con seriedad en la competencia, sin entrar en el juego propuesto, físico de fricciones, con asistencias preciosas y goles de lujo y, lo más importante, para clasificar sin averías en su nómina, sin lesiones o expulsiones.

El partido, el esperado. De trámite. Para convertirse como todos los jugados hasta ahora en la Copa América, en un cantico de felicidad del pueblo.

Colombia fulminante, a media marcha, velando armas para el próximo partido, no corrió tras el balón, se recreó con él, lo socializo con juego colectivo. Su ruido, con permanente aroma de gol, fue música para los oídos.

El talento........

© Kienyke