Se le acabó la gasolina

A mi tío Pepe le gustaba contar sus historias con aires de seriedad lo que hacía que todo lo que se le ocurriese sonara como verdadero. Siendo yo un adolescente me contó que, en nuestro pueblo en donde se acostumbraba a tomar directamente de la botella un buen trago de Doble anís, un tipo se zampó uno muy generoso, pero cometiendo la torpeza de coger una botella que no contenía licor sino gasolina. En su desespero, el señor aquel comenzó a convulsionar y arrancó a correr dándole varias vueltas al parque principal y de repente cayó al piso.

- ¿Se murió? Pregunté.

-No… Se le acabó la gasolina.

Mi respuesta, que despertó la risa de todos los presentes, me hace pensar a la ingenuidad con que los colombianos respondemos a las barbaridades que ocurren día a día.

Pareciera que lo que era broma o guasa se ha venido convirtiendo en trágica realidad. Pues resulta que ahora se quedó sin gasolina, no el mequetrefe que usurpa el poder, sino la aviación. Algo nunca visto como........

© Kienyke