Chile. Boric y el perro Matapacos

En política, el silencio, según las circunstancias que un político avezado sabe evaluar, muchas veces tiene más valor e incidencia que el discurso encendido, la consigna precisa o la explicación que nadie te pidió.

A menos, claro está, que nos veamos obligados a decir algo a contrapelo de nuestras convicciones. O respecto de lo que antes, hace no mucho, decíamos con pretenciosa convicción. O porque te tienes que hacer el simpático con quienes te causan una pavura inexplicable o una salivación pavloviana.

Para algunos cuesta entender por qué el presidente Boric insiste en decir cosas que deben irritar hasta al más encendido de sus partidarios y voceros. Para otros, se explica de lo más bien.

Otros mal pensados creen que en el segundo piso hay asesores que les hacen discursos que intentan proponerlo como una buena persona, por encima del bien y del mal, que intenta hacer cosas buenas y que tiene el valor que lo desancla de su pasado cuando era un irresponsable dirigente estudiantil, que perdona y busca el perdón por la........

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