Consecuente con su voluntad de ir contra la corriente, desde finales de los años 70, la Editorial Hacer animada por el singular comunista heterodoxo Josep Ricou en colaboración de varios colegas, entre ellos y quizás especialmente, el autor de estas notas, publicó a lo largo de los años ochenta y noventa, una colección de textos utópicos, algunos de ellos bastante conocidos —al menos, por los especialistas e interesados— como son los Eduard Bellamy (Año 2000), William Morris (Noticias de ninguna parte) o Robert Owen (Nueva visión del mundo), y otros prácticamente desconocidos como los reunidos por Emile Armand (Historias de experiencias de vida en común sin Estado ni autoridad) y la obra del poeta socialista y homosexual militante británico Edward Carpenter (Crítica a la civilización), etcétera.
La razón de esta pequeña utopía editorial fue básicamente militante. Se iniciaba un tiempo de crisis de identidades, de «desencanto», y parecía importante volver los ojos hacia atrás y contemplar en qué punto había partido el ideal socialista y en qué sentido podía hablarse de su actualidad. La historia es conocida.
Las grandes derrotas obreras —la más importante sin duda sería la de Alemania en 1933, pero habría que incluir otra mucho más decisiva, la de los bolcheviques a manos de la burocracia estalinista en........