Sin duda, uno de los autores más influyentes en lo referente a la lucha antifranquista y por lo mismo, a la memoria de la República, fue sin duda Jorge Semprún (1923–2011) que se inicia en la resistencia francesa, sobrevive el campo de Buchenwald y que luego será el “profesional” más conocido del PCE en la clandestinidad bajo diferentes seudónimos, como el de Artigas. El mismo que será el del “héroe positivo” que encarna el actor Ives Massard en la excelente película de Bardem, Calle Mayor, pero sobre todo Federico Sánchez. Novelista, ensayista, guionista, autor de una extrema variedad con problemas entre sus orígenes y sus inclinaciones comunistas, arrepentido peculiar que se cree lo del “fin de la historia” neoliberal, con una constante tensión sobre su coherencia, un conflicto personal y de época que será el leitmotiv de su retrato, uno de los mejores de la serie “Imprescindible”, Semprún sin Semprún (Yolanda Villalonga, 2013). La autora aborda al detalle la historia de su familia con la República, la guerra y el exilio, amén de su destacada militancia comunista.
La relación de Semprún con el cine ya comenzó con las actividades de la UNINCI, aunque será con La Guerre est finie (Francia-Suecia 1966) cuando se inicia su ciclo de guionista primordial en el llamado “cine político”. Este comienzo por la “puerta grande” fue dirigido por Alain Resnais, uno de los representantes más sólidos de la “nouvelle vague”, pero se cierra por la puerta de servicio con el mismo personaje, Diego Mora…La Guerre est finie, hay que hablar de un prólogo: Resnais había conocido a Semprún a través del El gran viaje, su obra sobre Buchenwald que Jorge escribió en intervalos de su activismo comunista. Se lo había regalado André Malraux, diciéndole que se trataba de un excelente escritor, un diagnóstico compartido por Georgy Lukács. Representa pues, otra perspectiva: Diego proclama que no ha estado ni en Verdún ni en Teruel, ni en el Frente del Ebro, y concluye con que está harto de tanto teatro de García Lorca, y tanto antiguo combatiente nostálgico de treinta años atrás.
En realidad, ya no era posible “darle la........