Acaban de sonar en Europa las campanas que anuncian nuevas elecciones al monstruo burocrático ajeno a los pueblos, pero muy querido por políticos corruptos, conservadores, ultraconservadores, filo fascistas, banqueros, lobbies de multinacionales, espías, burócratas vocacionales, arribistas, funcionarios corruptos y otras especies del jardín europeo. Y como los frutos de ese jardín son peligrosos siempre para la salud de los pueblos, los pueblos no sienten ninguna simpatía por esa superestructura en manos de sus enemigos. Y va a ser difícil que todo eso cambie aunque haya elecciones siempre lejanas.
No es relevante hasta el momento el que haya pequeños reductos de políticos honrados- rara especie del jardín- pero su derecho a expresarse si son de la izquierda de verdad, suele contar con abundantes ausencias o con notable indiferencia de los presentes. Un pato en un océano helado puede ser el símbolo. El caso es que los pueblos europeos sostenemos a todos........