por Vijay Prashad
El próximo año se cumple el 70° aniversario de la Conferencia Asiático-Africana celebrada en Bandung, Indonesia, en 1955 que contó con la asistencia de jefes de gobierno y de Estado de 29 países africanos y asiáticos. El Presidente de Indonesia Kusno Sosrodihardjo, conocido como Sukarno (1901-1970), que lideró el movimiento de liberación de Indonesia contra el colonialismo holandés, inauguró la conferencia con un discurso titulado “¡Una nueva Asia y una nueva África han nacido!”, en el cual lamentaba que, mientras el progreso técnico y científico de la humanidad había avanzado, la política del mundo seguía sumida en el caos. Al cabo de estos 70 años (aproximadamente la esperanza de vida media mundial), mucho se ha perdido y mucho se ha ganado de lo que se llamó el espíritu de Bandung. Los seres humanos aún tienen que aprovechar el inmenso poder que tienen en sus manos.
El fuego de Prometeo esgrimido contra los pueblos de África y Asia en su lucha anticolonial y contra los habitantes de Hiroshima y Nagasaki sembró el miedo. “La vida del hombre”, dijo Sukarno, “está corroída y amargada por el miedo. Miedo al futuro, miedo a la bomba de hidrógeno, miedo a las ideologías”. Este temor, advirtió Sukarno, es más peligroso que el armamento, porque lleva a los seres humanos “a actuar insensatamente, a actuar irreflexivamente, a actuar peligrosamente”. Sin embargo, continuó, “no debemos dejarnos guiar por estos miedos, porque el miedo es un ácido que deja huellas extrañas en las acciones del hombre. ¡Debemos guiarnos por la esperanza y la determinación, guiarnos por los ideales........