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El «Batallón México» de milicias antifascistas de Málaga (1936-1937) y el homenaje que le debe el pueblo de La Línea (Cádiz)

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31.05.2024

El estudio de la vida y el compromiso militante de Anita Carrillo Domínguez y de José Torrealba Ordóñez, vecinos de La Línea (Cádiz) en julio de 1936 (Nota 1), me descubrieron la existencia del «Batallón México» en los frentes de Málaga en el otoño-invierno de 1936-1937. Pero también conocí a otros comunistas linenses que formaron parte de dicho Batallón, como Fabián Sandaza, Francisco Berbel o José Buerles. Ahora, después de investigar la biografía de Manuel Pedrero Sánchez (2), y de corregir la información distorsionada y errónea proporcionada por un documento franquista sobre el «Batallón Pablo Iglesias» (3), me he dado cuenta de la cantidad de obreros de La Línea que se alistaron en el «Batallón México», la mayoría de ellos pertenecientes al Partido Comunista de España; según Manuel Pedrero, «unos doscientos».

La clase trabajadora y antifascista de La Línea debe sentirse orgullosa de estos jóvenes trabajadores linenses que en los primeros días del golpe franquista del 18 de julio no dudaron en alistarse en las milicias populares para defender la legalidad de la Segunda República, y que formaron parte del legendario y glorioso «Batallón México», derramando muchos de ellos su sangre en los frentes de Manilva, El Chorro o Ronda. Desde estas líneas animo a solicitar al Ayuntamiento de La Línea que se rotule una calle con su nombre y que en algún lugar de la ciudad se coloque una placa que recuerde a las actuales y futuras generaciones la existencia del «Batallón México» y la generosidad del país hermano que desde el primer momento fue el principal suministrador de armas y víveres destinados a la defensa de la República española, rompiendo el vergonzoso aislamiento internacional del «Comité de No Intervención».

***

El 19 de julio de 1936 y días siguientes, miles de linenses y campogibraltareños se refugiaron en Gibraltar y muchos desde allí se embarcaron hacia las costas malagueñas; otros muchos huyeron a pie por la playa de la Atunara y por la Sierra Carbonera buscando los pueblos de la provincia de Málaga donde el Frente Popular había podido frustrar los planes de los militares golpistas y falangistas. Ese fue el caso de José Torrealba Ordóñez y Anita Carrillo Domínguez, presidente y secretaria del Partido Comunista de la Línea, que llegaron con un grupo de camaradas a Estepona a bordo de la motora «El Zuras» desde Gibraltar. Allí se pusieron a las órdenes de las autoridades republicanas y formaron una Compañía de milicianos con obreros linenses que habían llegado huyendo de la represión franquista. José Torrealba, por ser un sargento retirado desde los tiempos de la Guerra de Marruecos, tomó el mando como «teniente de milicias» de la 15ª Compañía de Milicias Antifascistas de Málaga que en septiembre de 1936 salió para el frente malagueño de Manilva y Casares. Según Manuel Pedrero Sánchez, panadero comunista que también huyó a Málaga, a esa Compañía, y a propuesta de él, se le puso el nombre de «Ángel Mesa» en recuerdo de Ángel Mesa de la Mata, practicante de la Cruz Roja de La Línea que fue uno de los primeros linenses asesinados por los falangistas y militares fascistas, además de ser uno de sus «más queridos amigos».

Pedrero recordaba que en dicha Compañía, «base del Batallón Méjico», y «base de la 52ª Brigada Mixta», había «doscientos linenses», en su mayoría jóvenes, y que se había sorprendido gratamente al ver a tantos paisanos alistados en las milicias antifascistas malagueñas, pues con él solo se habían embarcado en Gibraltar seis camaradas, además de un grupo de carabineros fieles a la República.

Tras el Decreto de 26 de septiembre de 1936 por el que se ordenaba la militarización de la milicias antifascistas para convertirlas en parte del Ejército Popular de la República, comenzó en Málaga la creación de Batallones de milicianos formados por cuatro compañías, como las del ejército regular, al igual que copiaban sus cuadros de mando, con la salvedad de añadir la figura del «responsable o delegado político», que velaba por el nivel cultural y político de los milicianos. Los Batallones van a estar numerados, pero además se les adjudicará un nombre, con el que se les conocerá popularmente y que revelaba la ideología del Partido o central sindical que habían conformado las Compañías, peculiaridad ésta que nada tenía que ver con el ejército regular y profesional que quería el presidente del Gobierno y ministro de la Guerra, Largo Caballero. El Batallón nº 1 de milicias antifascistas de Málaga, formado por miembros de las Juventudes Socialistas Unificadas, se va a llamar «Metralla», en honor del joven comunista malagueño Francisco Villodres Rodríguez, conocido como «Metralla», que falleció heroicamente el 5 de septiembre a consecuencia de las graves heridas recibidas cuando voló un tren del ejército franquista con víveres y refuerzos en el frente de Loja (Granada). A continuación, el Partido Comunista formó el Batallón n.º 2 de Milicias antifascistas de Málaga al que pusieron por nombre «México».

La primicia de la existencia de este Batallón se pudo leer en el periódico republicano Vida Nueva (Málaga) el 28 de octubre de 1936. Primero se publicaba en la página 5 una nota del comandante José Recalde Vela dentro de la sección «Las milicias populares en el frente». En dicha nota se informaba de la creación de un nuevo Batallón de milicias, el Batallón «México», que ya operaba en las inmediaciones de la localidad malagueña de Peñarrubia (antiguo pueblo, hoy sumergido en las aguas del pantano del Guadalteba) y que era un auténtico «vivero de vida cultural y política», pues además de las charlas de los responsables políticos, se publicaba un periódico mural llamado «Alba Roja» en el que colaboraban todos los milicianos del Batallón. Se ofrecía también uno de los artículos del último número de esta publicación miliciana, titulado «Sobre el presente». Y en la página siguiente del diario es donde aparecía la noticia de su constitución, del motivo de su nombre y su cuadro de mando completo. Según la nota de prensa, por acuerdo unánime de todos sus componentes, «se acordó darle el nombre de “Batallón México” como homenaje al pueblo hermano por sus magníficas muestras de solidaridad con los antifascistas españoles». Por último, se informaba que los milicianos del Batallón llevaban en su uniforme una pequeña bandera tricolor de México.

Efectivamente. Desde el primer momento los republicanos españoles van a sentir la enorme solidaridad del pueblo hermano. Por ejemplo, la «Unión Vanguardista Revolucionaria» de México acordó el 27 de julio de 1936 adquirir en Francia dos aviones de combate y regalárselo al Gobierno de la República, aviones que se llamarían «Méjico» y «Emiliano Zapata», y que se pagarían con suscripciones abierta entre los funcionarios civiles, los ferroviarios y ciudadanos particulares (4). Según el diario mexicano Excélsior del día 29, miembros del comité ejecutivo de dicha Unión se habían........

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