Pablo González y la “Edad de oro” del periodismo basura

Por Iñaki Alrui*

El 1 de agosto quedaba en libertad Pablo González, una noticia sorpresa que nos llenó de ilusión y alegría a muchas personas, entre ellas un servidor que, al igual que mis compañeras del grupo #FreePablo, estuvimos desde su detención reclamando que se respetasen sus derechos

Desde el mismísimo día 1 de agosto, la máquina de fango de la comunicación se puso a trabajar para acusar a Pablo de espía, pocos hablaron de Derechos Humanos, del derecho a la información, de la persona que estuvo recluida 886 días en régimen de semiaislamiento. De repente, infinidad de medios del estado español, internacionales, grandes, pequeños hablaban de Pablo González. Antes del 1 de agosto, en cambio, las noticias e informaciones sobre Pablo salían con cuentagotas.

En lo que llevamos de mes se ha ido creando una “bola” informativa en torno a Pablo en la que todo lo que se sabe de él —y lo que no— ha sido utilizado para acusarle, argumentos triviales que valdrían de la misma manera para alabarle: su doble nacionalidad, su posición ante las guerras, sus viajes como reportero, su vida personal o los 350 € que recibía de su padre como ayuda económica, por transferencia desde donde reside, Moscú… cualquier nimio detalle lo han convertido en argumento incriminatorio. Algunos medios han vuelto a propagar las manipuladas informaciones de Agentstvo (Proyect Media) de la que ya hablamos en su día: La máquina del fango empieza a funcionar, una agencia de noticias financiada por EEUU dedicada en exclusiva al ataque constante a la política rusa (no lo digo yo, lo declaran ellos mismos sin pudor en el apartado “Quiénes somos” de su web). La rumorología, la intoxicación o la desinformación son propias de servicios de información y prensa al dictado, estamos viviendo la “Edad de oro” del periodismo basura. Pero en este caso, yo me pregunto: ¿qué finalidad tiene esta persecución?

Gonzalo Boye, abogado de Pablo, hizo público tras su liberación que cuando por fin le permitieron acceder al sumario, pocas semanas antes del canje, se sorprendió al encontrar ahí un largo informe del CNI sobre su persona. Si lo único que podía decir el CNI en contra de Pablo es que tiene el mismo abogado que Puigdemont, empezamos mal. Pero partiendo de ahí, el fangoso medio “El Español” ha querido sacar partido al vínculo. El 12 de agosto........

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