Europa hacia las Termópilas

Epitafio: “¡Oh, caminante! Ve y di a los norteamericanos que aquí yacemos obedientes a sus órdenes”

“Cuando la realidad es ocultada por los mismos que impiden la reflexión o análisis social ante actitudes y acciones políticas muchas veces alejadas de su campo ético del bien común, el triunfo de la especulación sobre la integridad económica y de las normas (o leyes) sobre la justicia, deja el mundo en manos de aquellos que así lo procuran: es el poder sin la autoridad del pueblo, víctima del opio del conformismo. En ello estamos.”

Si atendemos concretamente al significado de democracia y al mismo tiempo advertimos en su actual praxis que “una mayoría manda”, ¿merece, en rigor, tal acepción cuando la voz de las minorías de ese mismo pueblo es ignorada?

El incumplimiento del 90% de las promesas anunciadas en los programas electorales, ¿no es un oprobio a la sociedad, una oda a la mentira que, sin embargo, parece enaltecer la democracia?

El control de la justicia por la clase política; la elección de candidatos ajenos a la “autoridad” del pueblo; el papel de los medios de comunicación en manos de unos pocos magnates; los lobbies de las grandes corporaciones y su poder ejecutivo; la relación entre industria militar y economía; la OMC, FMI, BM, ONU, ante el medio ambiente o los DDHH…

Para una mente abierta, la perpetuidad de partidos políticos y sus diferentes ideologías (ya agotadas de credibilidad) son un anacronismo mantenido para sustentar la estructura de un sistema político forjado únicamente por las “particulares reglas” económicas del capitalismo salvaje, ese Leviatán devorador de “pensamientos, de idearios políticos alejados de su órbita” que utiliza como fachadas, pintándolas del color que convenga, las restaura, las adorna, las hace atractivas, las anuncia, la gente entra en esos centros comerciales de la impostura y consumen crédulos sus ofertas. Cuando salen a la calle llevan sobre sus espaldas el peso de una esencia prostituida. Y viven amargados y esclavizados, pero convencidos que no hay otro camino. Tan eficaz es la escuela Leviatán.

Producción, consumo, crecimiento, competitividad, inmediatez, emprendimiento, tecnología, reciclaje, ecología, libertad, igualdad, humanidad, progreso, democracia… son términos patrón vomitados por bocas políticas sobre un mundo inversamente proporcional a sus propósitos en muchos de ellos (échenle un vistazo).

Las leyes económicas del capitalismo llevan siglos atendiendo un modelo de usos el cual está llegando a su fin por el hedor, ya insoportable, que dejan las políticas globales de sus mandatarios, pues en los áticos de dicho sistema, un puñado de “arquitectos mundi”, relevados de sus cargos a través del nepotismo de intereses, han venido culminando sus jugadas sobre tableros de estrategias sociales y económicas para........

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