Vivimos en un mundo convulso y confuso. Pero eso no parece ser un gran problema para las grandes empresas energéticas, que están viviendo una auténtica época dorada. El proceso de Transición Ecológica delineado por la Comisión Europea no para de encauzar inversiones y ayudas públicas hacia los gigantes de la energía. El Pacto Verde es un nuevo Eldorado que no excluye el mantenimiento del negocio fósil previo.
El pasado 5 de diciembre, Masdar, la empresa de renovables controlada por el emirato de Abud Dabi, y Iberdrola, la mayor energética española, anunciaron un acuerdo por el que van a invertir cerca de 15.000 millones de euros en plantas de eólica marina e hidrógeno verde en varios países. La petrolera Repsol, por su parte, acaba de aliarse con Amancio Ortega, el multimillonario dueño de Inditex, para invertir conjuntamente en energía. Pontegadea, la sociedad patrimonial de Ortega pondrá más de 700 millones para comprar el 49 % de una cartera de renovables de Repsol, que está utilizando este mecanismo de coinversión (partnership) para financiar su estrategia destinada a devenir una empresa “multienergía”. El nuevo plan estratégico de Enel (la energética italiana dueña de Endesa) contempla inversiones de 35.800 millones en los próximos años, de los que el 25 % corresponderá a proyectos en España.
Pero no nos engañemos. Esta “fiebre renovable” no se corresponde con el abandono del modelo fósil, sino con la diversificación del negocio. El fósil sigue siendo rentable. Y disfrutando de generosos apoyos públicos.
Un informe reciente de la Agencia........