Reúno en esta entrega el comentario de un par de obras, de enfoque bien diferente, que tienen, no obstante, algunos puntos de contacto temático
El teatro y la vida
Se dice que el otro dijo lo de sepulcros blanqueados, otra cantaba aquello de lo tuyo es puro teatro, y hasta el metódico Descartes hablaba de subir al teatro del mundo enmascarado (larvatus prodeo). De entrada puede dar por pensar que aquello que aseverase Spinoza de que «la esencia de todo ser consiste en su esfuerzo de perseverar en su ser» se tambalea ante la doblez que hace que el comportamiento habitual de uno puede doblarse / dividirse con otro comportamiento según las diversas circunstancias, aunque de hecho en uno se da lo mismo y lo otro, yendo ambos en el mismo pack. Se pregunta Mario Satz en su El rostro y sus máscaras: «Si en latín persona significa ¨máscara¨, ¿cuántas máscaras adoptamos a lo largo de una vida? ¿qué personalidad enmascara a qué personalidad?».
Carlos Panera Mendieta (Bilbao, 1956) ha escrito un libro, publicado por Dado Ediciones: «Teatralidad y vida cotidiana. La imagen presencial en la escena pública» en el que aborda las relaciones entre el arte dramático y la vida común de las personasen la que son moneda al uso la sobreactuación, el engaño o la afectación, dejando de lado la irrupción al por mayor de las fake news, etc.. Ya al comienzo de la obra la señal de por dónde van a ir algunos de los tiros, digo algunos ya que hay muchos y en muchas direcciones, quedan señalados por la cita de William Shakespeare (la transcribo en castellano: «Todo el mundo es un escenario, / Y todos, hombres y mujeres, son meros autores, / Tienen sus salidas y sus entradas, / Y cada uno en su tiempo representa muchos papeles») y por las certeras palabras del Prologo, escrito por Carles Sans, miembro de Tricicle: «Aparentar: Representar o hacer creer algo, especialmente un sentimiento, un estado o una cualidad que no corresponde a la realidad, con palabras, gestos o acciones. Esa misma descripción es la que define el comportamiento de la mayoría de las personas con las que convivimos».
Presencial y virtual, realidad y ficción, conducta, comportamiento, encuadre, escenario, actante, representación, temporalidad…son algunos de los términos que cobran relevancia desde las primeras páginas de esta obra que avanza encadenando los dos planos mentados, señalando sus relaciones y entrelazándolos y examinándolos con detallado detalle. En la medida en que somos conducidos por la experta mano del autor, experimentado y premiado hombre de teatro, que sabe dónde pisa sin necesidad de disfrazarse, vamos siendo introducidos en algunos de los aspectos esenciales que se han de tener en cuenta en la representación teatral, que se quiera o no, tiene su reflejo en el comportamiento cotidiano, dependiendo, eso sí, de las diferentes........