El militarismo capitalista contra los pueblos
La criminalización de Putin como arma de la OTAN
Nota: Texto a exponer en el Círculo Cultural Juan XIII, C/ La Palma, Córdoba, el jueves 4 de julio a las 21 horas.
«Los suizos son muy libres porque disponen de armas propias»1.
«Sólo aquellos que temen al descontento del pueblo tienen miedo de armarlo, escribe Clausewitz, que aconseja: “Que el gobierno reúna en torno a sí los representantes del pueblo. Que este consejo sea su primer apoyo, su apoyo y su ayuda”»2.
«Se llama terrorismo a la guerra de los débiles, y guerra –y hasta “guerra limpia”– al terrorismo de los fuertes»3.
1.-
Estas y otras muchas citas de referencia, vienen a cuento para plantear la otra cara de la violencia imperialista, la del derecho/necesidad de la resistencia de los pueblos y clases explotadas contra las brutalidades opresoras. La necesidad de resistir a las atrocidades de las clases dominantes, que en estos momentos tiene su máxima expresión en la OTAN y en otros ejércitos imperialistas, exige saber qué es y cómo actúa el militarismo como parte esencial de la acumulación del capital desde sus orígenes desde, al menos, el siglo XIV y definitivamente desde el siglo XVII. Esta imprescindible perspectiva histórica y teórica se minusvalora o se desprecia por varias razones:
Una, la lenta recuperación de la teoría marxista del militarismo que aunque va tomando fuerza todavía no ha alcanzado y mucho menos superado la rápida agudización de las contradicciones mundiales. Esto nos lleva a otra razón, la lentitud en la recepción por el proletariado de las explicaciones críticas sobre qué está sucediendo, qué es la OTAN y el porqué de su ferocidad, qué hay debajo de la multipolaridad, de los BRICS, cual es la situación real de la economía imperialista, etc. A estas dos razones se suma una tercera: la fácil palabrería geopolítica de los “finos analistas” mediáticos que se limitan a dar vueltas alrededor de lo obvio, emborronándolo todo sin tocar la lucha de clases, es más, intentando convencernos de que no existe lucha de clases y de liberación nacional antiimperialista.
En este artículo veremos brevemente que la militarización es consustancial a todo modo de producción asentado sobre la propiedad privada de las fuerzas productivas y sobre la explotación social; que con el desarrollo del capitalismo, la militarización se imbrica definitivamente en el proceso de producción, y que desde comienzos del siglo XXI y en especial desde la tercera Gran Depresión de 2007 en adelante, el imperialismo está lanzado a la desesperada en la preparación de nuevas guerras injustas, con la introducción de nuevas tácticas de manipulación de masas como se comprueba en la guerra de la OTAN contra Rusia en Ucrania, y en Oriente Medio del imperialismo sionazi contra Palestina.
Dax Toscano4 mostró en 2022 la función de la mentira sistemática en la estrategia de destrucción de Rusia, investigación concreta que sin embargo ilustra la generalidad de la mentira en el intento de dominar el planeta. En 2024 M. Rodríguez Illana se ha centrado en la campaña contra Putin, presidente de Rusia democráticamente elegido, extendiendo su análisis incluso al papel del Gran Wyoming5 entre otros muchos, en la legitimación del imperialismo. La que podríamos definir como «ciencia de la mentira» es uno de los métodos permanentes de la CIA y de otros muchos servicios imperialistas para desestabilizar6 el mundo y, aprovechando ese caos provocado, anular toda resistencia. Siempre se ha sabido que el adoctrinamiento de las personas es más efectivo si se inicia desde su primera socialización. R. Vega Cantor ha contabilizado en nada menos que 4.240 los títulos censurados en las bibliotecas escolares7 yanquis, un 65% más que en 2022, censura para introyectar la sumisión y el racismo en la juventud de EEUU de cara, entre otros objetivos, a recuperar las declinantes tasas de alistamiento en sus ejércitos.
Andrés Piqueras, por su parte, ha puesto al descubierto la gigantesca red de organizaciones de todo tipo, de empresas e instituciones que sostienen el poder sionista en gran parte del mundo, protegiéndolo y justificándolo como poder militarista8 que aterroriza impunemente a muchos pueblos, en especial al palestino. El ente sionista es parte fundamental del imperialismo dirigido por EEUU, de modo que esa unidad político-militar y socioeconómica, que veremos con más detalle luego, es la que elabora nuevas doctrinas militares a la vez que mejora las anteriores, bajo las presiones de las luchas de los pueblos trabajadores contra la transnacionalización del capital, como es el caso de la guerra del lawfare9.
Romper el cerco de mentiras y censuras, de manipulación metódica desde la primera infancia, es tanto más urgente cuando vemos que la proliferación de violencias, conflictos, guerras locales y regionales en el mundo ha superado todos los records hasta el presente. Una media de las diversas investigaciones más recientes sugiere que ahora se libran alrededor de 190 conflictos de diversas intensidades de los cuales 52 son «duros», de alta intensidad, en los que de un modo u otro intervienen no menos de 92 Estados. A la vez, se intensifican y extienden los ataques a los derechos sociales básicos, a los mismos principios de la democracia burguesa que la Unión Europea decía liderar, pero impone el
retorno autoritario al pasado10.
También y huyendo de alarmismos, se amontonan otros problemas: «Estamos entrando en un mundo cada vez más frágil, volátil y sujeto a cadenas de crisis entrelazadas. Un escenario caótico y disruptivo que muchos científicos califican de colapso ecosocial, de alcance mundial y carácter casi irreversible.»11. Además, las principales burguesías imperialistas han reconocido desde inicios de 2024 que se avecinan tiempos de turbulencias12 por la confluencia de guerras, penetración de la IA, etc., lo que dará aún a más fuerza a la «profunda desglobalización» como así está sucediendo; de hecho, el capitalismo yanqui ha sufrido un «frenazo en seco»13 en los últimos tiempos, lo que augura una multiplicación de su ferocidad imperialista, cuando proliferan las interrogantes sobre si se acerca el final de la dictadura14 del dólar, una de las armaduras del militarismo: las guerras que está multiplicando EEUU por el mundo buscan descargar parte de su impagable deuda, que crece en un billón de dólares15 cada 100 días, sobre la humanidad entera.
Por último, la verdadera gravedad de la crisis genético-estructural que mina ahora con especial fuerza al capitalismo occidental, y que es la razón última del recurso suicida a las guerras locales y regionales como posible antesala de una nueva guerra mundial, no es otra que la tendencia a la desindustrialización productiva de Occidente, es decir, al retroceso de la producción de valor y, a escala mundial, de la productividad del trabajo. La llamada «economía de servicios»16 es pan para hoy pero hambre para mañana, lo que ocurre es que el mañana ya es el hoy del empobrecimiento para las clases trabajadoras. Un ejemplo más de huida hacia adelante es el la economía española en desindustrialización, que sin embargo opta por aumentar su gasto militar. Aprovechando su control de la prensa, la propaganda antirusa y la colaboración pasiva o activa del reformismo, el Gobierno español incrementa en silencio sus gastos militares: casi 14.000 millones de euros extras en medio año17, añadidos al presupuesto oficial de la guerra, sin debate público alguno.
La dialéctica marxista nos explica que la intensificación de las contradicciones internas a las «cadenas de crisis entrelazadas» tiende a su síntesis cualitativa superior en contenido y forma, saltando a una gran crisis genético-estructural del capitalismo, crisis que puede culminar en el avance impetuoso al socialismo, en la derrota revolucionaria y el reforzamiento de un capitalismo aún más atroz o en el exterminio mutuo de las clases antagónicas en lucha. La tendencia históricamente ascendente a la militarización es un componente objetivo de esta dinámica, uno de cuyos fines centrales, unido a otros, es el de garantizar o imponer por cualquier medio el orden político-militar imperialista a las clases y pueblos explotados.
2.-
Ante la gravedad actual de la crisis mundial, ante el colaboracionismo activo o pasivo de las fuerzas reformistas con las ofensivas........
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