«Allí mientras los hombres iban subiendo en fila de uno con las manos amarradas a la espalda los falangistas de arriba iban preparando los fusiles y pistolas en una algarabía de risas y fiestas que escuchábamos las vecinas de las casas cercanas a la Sima, era terrible los gritos de los que iban muriendo, cayendo por aquel agujero sin fondo…» Carmelita Martel Florido
En la finca de los Ascanio, ahora del Maipez, tiraban a los dos pozos actualmente tapiados a quienes llegaban más destrozados por las torturas y no podían caminar hasta la Sima de Jinámar. Hombres y algunas mujeres de cada rincón de Gran Canaria, secuestrados, detenidos en sus casas o sacados a golpes desde las comisarías de Falange o los........