El PP ha mantenido en la presidencia del Parlament Balear a alguien que “perdió los papeles”, según reconoció, para poder encontrarse a sí mismo de nuevo destruyendo la foto de Aurora Picornell, símbolo del antifranquismo, que fue lo que hizo el 18 de junio pasado. A partir de este hecho, resulta evidente que para Feijóo y los suyos son aceptables los gestos de cualquier cargo público siempre que sean para odiar a las víctimas de los asesinos franquistas que se sumaron al golpe de Estado del 18 de julio de 1936.
Y cuando algún juez definitivo condene a Le Senne, si tal cosa ocurriera, ya no servirá para nada, pues habrán pasado años. Qué historia tan distinta a la de aquel diputado del Congreso, el canario Alberto Rodríguez, a quien una cobarde Meritxell Batet a las órdenes de Marchena decidió quitarle el escaño sin esperar a la sentencia del Tribunal Constitucional, que esta sí que llegó tarde.
Por tanto, los del PP son de esa clase de franquistas que pueden disfrazarse de cualquier otra cosa durante 24 horas al día menos un minuto, ese momento en el que, ante la inesquivable obligación de definirse, eligen siempre lo que les pide el peor de los cuerpos que llevan dentro, incluso ofendiendo a miles de inteligencias de cualquier tendencia al declarar que Le Senne debe dimitir, pero no sustituyéndolo si se niega. En circunstancias normales, pensaría que lo que buscan es aprovechar........