Queremos informar sobre la situación en torno al local de acogida de personas en circunstancias precarias en la calle Descalzos, su relación con el vecindario y la reciente prohibición del Ayuntamiento de pernoctar en el local, quedando los jóvenes usuarios de nuevo en la calle, sin acceso a alimentación, lugar para dormir y sin ninguna otra alternativa.
Hace varias semanas se abrió en la calle Descalzos un local reformado y habilitado como lugar de descanso, encuentro y oración. Estando el espacio abierto a cualquier persona, decenas de jóvenes en situación de calle han tenido, durante unas semanas, un espacio en el que dejar sus pocas pertenencias, descansar durante las horas de sol o de lluvia y sentirse mínimamente acogidos.
Algunas vecinas y asociaciones locales les han estado apoyando con alimento, clases de castellano, ropa, etc.
Ha habido algunos problemas de convivencia -menos graves que los que se dan en cualquier calle de lo viejo en las noches de fiesta- en cuya solución se estaba avanzando. Algún medio de comunicación ha aprovechado la ocasión para seguir alimentando la xenofobia y el odio, poniendo el foco en el origen y condición de las personas que hacen uso del local vinculándoles a problemas de seguridad y convivencia. Criminalizados y estigmatizados, atravesados en su mayoría por la ley de extranjería y sin reconocimiento de ciudadanía, hay que señalar el peligro que tiene normalizar formas de discriminación y discursos de odio, así como la perversión de justificar la vulneración de derechos en defensa de la legalidad/seguridad, que sólo ampara a las clases privilegiadas.
Los jóvenes de los que hablamos han llegado a nuestra ciudad buscando poder desarrollar proyectos de vida en condiciones de dignidad, pero las diversas........