Barbarie en Sudán: una llamada desesperada de ayuda a los anarquistas sudaneses

Desde que comenzó la terrible guerra el 15 de abril de 2023 entre dos facciones militares— las Fuerzas de Apoyo Rápido (o las milicias Yanyauid) contra el ejército oficial— los civiles han estado viviendo en un clima de “puro terror” debido a un “conflicto despiadado y sinsentido”, tal y como ha denunciado la ONU ante la indiferencia general. Al menos 15.000 personas han fallecido y más de 26.000 han resultado heridas, aunque sin duda los números son más elevados. Hay 11 millones de desplazados internos, 1,8 millones de personas en el exilio y 18 millones en riesgo agudo de hambruna. 8 millones de trabajadores han perdido sus puestos de trabajo y sus ingresos. El 70% del territorio ya no dispone ni de agua ni electricidad, han sido destruidos el 75% de los hospitales, 19 millones de estudiantes se han visto obligados a dejar los estudios, han sido destruidas y saqueadas 600 plantas industriales, igual que 110 bancos, el 65% de la agricultura ha sido destruida, el 80% de los bienes (fertilizantes, pesticidas, maquinaria agrícola y segadoras) en la zona irrigada de Geziera— la mayor del mundo— han sido saqueados y destruidos, etc.

El silencio en torno a Sudán de los medios y de los activistas está permitiendo a los soldados de ambas facciones cometer un genocidio con total impunidad. El conflicto entre los dos clanes se debe a múltiples factores: étnicos, con su rastro recíproco de genocidios (de acuerdo con la ONU); imperialistas, ya que ambos grupos opuestos están apoyados por distintas potencias extranjeras que codician Sudán por sus recursos naturales y su situación estratégica. Pero........

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