Las recientes elecciones en Sajonia y Turingia han marcado un drástico punto de inflexión en la política alemana. La extrema derecha de Alternativa para Alemania (AfD) ha logrado consolidarse como la fuerza más votada en Turingia y la segunda en Sajonia. Estos resultados reflejan no solo un auge preocupante de la ultraderecha, sino también una profunda crisis de las fuerzas de la izquierda y centroizquierda institucional, en particular Die Linke, los Verdes y la socialdemocracia del SPD.
El crecimiento de AfD en Turingia y Sajonia es un síntoma del profundo malestar social que atraviesa Alemania, especialmente en su parte oriental. En nuestra opinión, la eclosión de la extrema derecha debe interpretarse como una respuesta reaccionaria a las contradicciones inherentes al propio sistema capitalista. La región oriental de Alemania continúa sufriendo las secuelas de una brutal reunificación aplicada con salvajes criterios neoliberales que acabaron desmantelando un coherente tejido industrial y social que sostenía la existencia de la antigua RDA.
“Alternativa para Alemania” ha sabido canalizar ese profundo descontento popular, ofreciendo respuestas simples a problemas complejos: o sea, culpando a los inmigrantes, a la globalización y a la Unión Europea de la precariedad económica y la inseguridad cultural que perciben amplias capas de la población. Esta narrativa ha calado hondo en un electorado que siente que los partidos tradicionales han abandonado sus intereses.
Die Linke, que en su origen pretendía representar una alternativa radical al neoliberalismo y una voz crítica dentro del sistema parlamentario alemán, ha........