Se sentía orgulloso de que lo apodaran «Telegrama», porque eso connotaba la rapidez con que andaba de noche o de día, mientras proclamaba que nadie podía realizar un recorrido más veloz que él.
Lo peligrosísimo era que este personaje se consideraba un superdotado para manipular a su antojo el timón del vehículo a grandes velocidades, en las carreteras urbanas y en las propias ciudades.
Como era de esperar, protagonizó varios accidentes de bajo perfil que, más allá de la sanción de multas, determinaron hasta la suspensión de la........