Con tantas carencias, la mesa familiar es un rompecabezas con muchas fichas ausentes, incluidas las del mamífero nacional y otros condumios. Y cualquier bocado suplementario puede obrar la suma en muchos sentidos.
Ante las adversidades, hoy Cuba registra un silencioso trasiego de platos sin precio ni tarifa entre compatriotas, que bien figuraría en los récords Guinnes si ese libro de los insuperados midiera más la generosidad que ciertas rarezas y hasta algunas extravagancias inútiles.
En los recientes días festivos, con las cenas para clausurar 2023, se exacerbó ese don del cubano de compartir sin nada a cambio. Y hasta entre los holgados, hubo quienes multiplicaron gratuitamente los platos y las raciones de su gananciosa oferta microempesarial; aunque siempre los ahítos de egoísmos se atragantan a escondidas de quienes necesitan casi todo a solo dos puertas de sus hartazgos.
Una muestra del noble........