Mientras escribo estas líneas, el sonido de la motosierra no cesa. Ya me despertó temprano y aún sigue, al filo del mediodía. La brigada trabaja, el camión está parqueado cerca y toda la cuadra cambiará su «look» al terminar el día. Los veo a través de la misma ventana por la que, tres años atrás, vi talar dos majestuosos almendros sin autorización previa.
No es el mismo caso, aclaro. Es la Empresa Eléctrica la que guía la poda ahora, y lo hace como es habitual, en época de seca, antes de que comience la etapa lluviosa y después, la temporada ciclónica. Es necesario el proceder, por supuesto, pero una vez más, ¿quien supervisa?
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