La niña recorrió el teatro durante la función. Corrió por los pasillos, se sentaba en las butacas vacías de distintas filas y salía nuevamente a correr, saltaba las piernas de los espectadores de las primeras filas de cada sección y rara vez detuvo su mirada en el escenario. Tendría alrededor de cinco años y el espectáculo no era para el público infantil.
No pocos se preguntaron en voz alta dónde estaría la persona adulta que la llevó allí y que luego no se ocupó de que no molestara a los demás. Algunos le sonreían porque, en definitiva, «es una niña y quizá no había quien la cuidara en casa mientras otros disfrutaban la........