Mientras leemos este texto, uno de cada diez niños en el mundo trabaja, «voluntaria» o forzadamente, para lograr subsistir. A pesar de pronunciamientos, acciones gubernamentales y hasta de proclamar un día del año contra el trabajo infantil, unos 160 millones de infantes laboran, y la cifra, dolorosamente, crece a medida que se acrecientan los conflictos de todo tipo, las enfermedades y las crisis económicas.
La mayoría de estos pequeños viven en África, Asia y el Pacífico, en países de bajos y medios ingresos. Y aunque el número es alarmante por sí solo, de seguro esconde a muchos que, desde el hogar, solapadamente, también deben abandonar estudios y juguetes para ejercer trabajos domésticos, tanto o más forzosos que otros.
Aunque Cuba no está exenta del fenómeno, pues puede quizá usted conocer a algún niño expuesto al trabajo, las leyes aquí son claras y apuntan a la........