Llevar la marca país, por dentro y por fuera
Cuba es su gente, más allá de esa imagen allende fronteras que nos traduce en tabaco y ron. Puede un cubano distinguirse en cualquier país del mundo por su frescura, el desenvolvimiento y esa capacidad de creerse originario del centro del universo, aun cuando sepamos que nuestro archipiélago es apenas un punto en la geografía mundial.
Y si bien fuera de Cuba sabemos imponer con orgullo nuestros orígenes, falta a mi entender que desde dentro defendamos también con vehemencia a la Mayor de las Antillas, a nuestros orígenes y a ese pasado que nos hizo ser cuanto somos, orgullosos, indomables, emprendedores, pero también desprendidos, solidarios, innovadores, creativos…
Contrasta la pasión con que abrazamos la bandera desde fuera, con el desdeño que a veces se muestra en ciertos espacios ante ese mismo símbolo, alzado con poco ánimo en escenarios nacionales.
Y si duele ver el desdeño por la bandera propia, más infame resulta........
© Juventud Rebelde
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