Hace días encuentro calabazas y telarañas diseminadas por la ciudad, pues vecinos y empresarios adornan sus inmuebles con esmero; estos exhiben componentes de Halloween desde finales de octubre.
Cada año sentimos el entusiasmo juvenil, dentro y fuera de los entornos educacionales, respecto a las fiestas de disfraces, con preferencia a reproducciones de Halloween.
Es evidente cómo estas experiencias nada tienen que ver con las calabacitas para dormir a la infancia de la teleaudiencia de la Televisión Cubana, canciones infantiles interpretadas, por Mirian Ramos y Liuba María, respectivamente.
No pretendo criticar estas apariciones, porque cada expresión cultural merece reconocimiento; con una adecuada interpretación de sus valores, debe comprenderse su raíz, porque se incurriría en inadecuadas versiones, contribuyendo, de esa forma, al snobismo.
Nuestra cultura, como las demás, está integrada por componentes de otras; registra prevalencia hispana, afro y china, lo cual no significa, que no existan otras también con sus aportes, por ejemplo, los provenientes de las culturas francesa y........