[Son] “lícitas las acciones de inteligencia contra Cuba, para cumplir los propósitos del bloqueo”.
Ley Helms-Burton, Sección 115.
Recientemente el connotado periodista franco-español Ignacio Ramonet, ligado a Le Monde Diplomatique en español, circuló la siguiente CARTA ABIERTA DE IGNACIO RAMONET AL PRESIDENTE JOE BIDEN “¡Saque a Cuba de la lista de patrocinadores del terrorismo!”, invitando a otras personas a que también la suscribieran. Coincide esa misiva con otra de igual naturaleza, también aparecida en esos mismos días, firmada por 35 ex presidentes, vicepresidentes y primeros ministros de países de todo el mundo, donde del mismo modo se solicita retirar a Cuba de la oprobiosa e infame lista de países que apoyan terrorismo (según los antojadizos criterios de Washington, valga aclarar).
Ambas iniciativas constituyen un importante gesto político que una buena cantidad de personajes políticos, intelectuales, pensadores, gente de ciencia y del mundo del arte -y también de modestos ciudadanos de a pie sin ninguna pompa, como es mi caso- realizan en pos de terminar con una histórica injusticia: el criminal bloqueo que la super potencia capitalista viene aplicando inmisericorde a la isla socialista de Cuba. La invitación a apoyar los documentos está abierta.
Cuba no es un Estado patrocinador del terrorismo. El único verdadero terrorista es el gobierno de Estados Unidos, representante de los grandes capitales de ese país (complejo militar-industrial, banca de Wall Street, petroleras, farmacéuticas, industrias de alta tecnología, Hollywood, etc.). Cuba es un ejemplo de dignidad y resistencia. Pese al ataque despiadado de la hiper potencia norteamericana, sigue manteniendo su posición socialista, con logros inobjetables: en la isla no hay niños desnutridos, no hay analfabetismo, no hay homeless, no hay pandillas juveniles violentas. No sobra nada, como en ciertos países capitalistas -donde algunos comen de más y son obesos- pero hay igualdad. El bloqueo, sin embargo, busca arruinar todo.
El bloqueo comenzó casi inmediatamente después de producida la Revolución en 1959, a partir de una orden ejecutiva del por entonces presidente John Kennedy del 7 de febrero de 1962, estableciéndose la prohibición de comerciar con la isla, la interdicción para barcos estadounidenses de llegar a puertos cubanos, la proscripción de realizar transacciones financieras con el gobierno de La........