El gobierno más militarista desde la transición

Acabamos noviembre con una cifra inaudita del gasto militar que ha pasado por la mesa del Consejo de Ministros para su autorización, aprobación o compromiso de gasto asumido.

Nada menos que 93.580,6 millones de euros que, como quien dice, pueden pasar tan desapercibidos como un elefante en mitad de una habitación, lo que quiere decir que, salvo prueba en contrario, los ministros del gobierno no tienen excusa ni pretexto en su colaboracionismo miserable con el militarismo que se está construyendo a pasos agigantados en toda Europa.

Entre los meses de mayor ardor aprobatorio por parte del militante Consejo de Ministros militarista, pues otro nombre mejor no se nos ocurre, figuran junio y julio (con el gran protagonismo de Hacienda y de la autorización de nuevos programas de armas en estos) y octubre y noviembre, donde tomó el relevo defensa e industria con la financiación de gran parte de lo autorizado antes.

El cuadro refleja un inventario bruto de acuerdos que han pasado por la mesa del Consejo de Ministros y, para quien lo quiera desgranar sesión a sesión, puede pedirnos el cuadro, (muy extenso, por cierto) que se lo proporcionaremos «en tiempo real».

Pero para salvar equívocos no es un cuadro del gasto a ejecutar en 2025, ni tampoco un cuadro «limpio» del gasto militar a futuro, sino que contiene una mezcla de techo plurianual, más refinanciaciones y reprogramaciones de gasto anteriormente asumido, más gasto duplicado (es decir, aprobado en una primera fase por hacienda, pongo por caso, y luego dispuesto por Defensa o por Industria o por otro cualquiera de los ministerios colaboracionistas).

Conviene hacerle un seguimiento (y ojalá alguien más se anime a hacerlo porque estoy un poco cansado del tema) por dos razones básicamente: una, porque las otras fuentes «oficiales» del gasto ejecutado no cuadran entre sí y se «despista» por el camino gasto militar. Y dos, porque demuestra la militancia galopante del militarismo gubernamental, ya sea de este gobierno ya en fase de pato cojo o del que venga después, que seguirá probablemente la misma senda, si es que no la empeora.

Como alguna gente me pide que explique el gasto de 2025 y el que mandan, de una patada a seguir, hacia el futuro y hacia los compromisos que nos atan al militarismo y que hipotecan nuestras vidas y las de las generaciones futuras, voy a intentar, repasando los datos de la IGAE, de la AIREF, de Hacienda y del seguimiento de las ejecuciones de contratos púbicos, del BOE, de los acuerdos del propio Consejo de Ministros y de otras fuentes oficiales y oficiosas una especie de reflejo de lo que se han atizado en los once meses que llevamos de 2025 y de lo que han mandado al futuro, cuando estos pájaros no estén y manden los mismos perros pero con distintos collares.
Ello ha exigido una depuración del cuadro «en bruto» que he venido ofreciendo semana a semana.

Lo que se atizan en 2025

Empecemos por el gasto que, según mis cálculos, irá a parar a las cuentas de 2025.
Aunque lo aprobado es equívoco y aparecen descuadres entre unas cuentas oficiales y otras, puedo decir que en 2025 estamos hablando de un gasto aprobado y comprometido de más de 40.000 millones de euros.

Es un gasto que ya se encuentra por encima del 2% PIB prometido para congraciarse con el torpedo americano (aunque es un símil bélico. no me refiero a un artefacto sino a ese señor de carácter voluble y facha patética que sale de vez en cuando en la tele amenazando urbi et orbi a quienes no le dejan hacer América grande otra vez).

Que nuestros chapuceros gestores militares tengan o no la capacidad de ejecutar este pastuzal en un año es harina de otro costal. Yo me la jugaría a que no, a tenor del grado de ejecución real del presupuesto que llevan hasta la fecha.

Hechas las oportunas depuraciones, resulta que el cuadro general de gasto ya en ejecución, valiéndonos de los........

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