La agricultura es una actividad acostumbrada a la supervivencia. Una actividad sin techo, expuesta a múltiples amenazas que desde siempre han marcado su desarrollo.
Sin embargo, desde hace algún tiempo, esos problemas se han agravado y me atrevo a afirmar que atravesamos uno de los momentos más revueltos de la historia reciente de nuestro sector, pues a las jugarretas de un clima cambiante e inesperado, el sinsentido de la falta de agua, la contradicción de tener que asumir precios por debajo de coste y ciertas decisiones políticas que están azotando gravemente a ese motor silencioso que abastece de alimentos a la población, se suma la inacción.
En medio de este caos es propio decir que son pocas las oportunidades y este inicio de año le ha tocado al limón, cultivo representativo de nuestra provincia donde los haya. La realidad es que, en plena campaña, los limones no encuentran salida y se están quedando literalmente en el suelo.
La lucha va por barrios y cada uno esgrime un argumento en función de sus intereses. Desde la interprofesional del limón dicen que las nuevas........