Opinión | Le Fumoir
Javier Puga Llopis
Estatua del premio Nobel Naguib Mahfuz. / EFE
El pasado 11 de diciembre hubiera cumplido 113 años Naguib Mahfuz, primer Nobel de Literatura egipcio. Unos días antes de esa efeméride estuve en El Cairo, y todo sigue recordando a sus libros, novelas que son siempre la misma novela, una de un realismo social tan tierno en las formas como duro en el fondo, una de historias personales y corales a un tiempo, por las que Mahfuz es capaz de dar una proyección universal a las cuitas vitales de sus personajes de un barrio popular del viejo Cairo. Sus libros hablan fundamentalmente de política -todo es política-, de dinámicas familiares entre el amor y el cainismo, de religión, de sexualidad palpitante y reprimida, de la lucha por sobrevivir al día que nace, del qué dirán y de un entorno social a cara de perro. En ese sálvese quien pueda, su personaje principal siempre tiene ansias de medrar, de conseguir una recomendación a través de un familiar de genealogía remota para un puesto de pequeño funcionario, un magro premio a toda una serie de pruebas y dilemas morales que se suceden indefectiblemente en el relato, desafíos que ponen a la........