El peso de la construcción cultural androcéntrica, o sea, del machismo, es tal que es capaz de ocultar detrás de una sola palabra el significado de hechos, acontecimientos y conductas cuando estos representan una crítica a su modelo. Se observa en cualquier ámbito con un triple objetivo, presentar a los hombres como víctimas, representar a las mujeres como culpables y eximir de responsabilidad a los hombres cuando las mujeres no pueden ser culpadas.
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