Son tres o cuatro latiguillos, pero son suficientes. Son conceptos cuyo fin es causar miedo al adversario, por improbable que parezca, en buena lógica, su cristalización en amenazas reales, su paso de las palabras a los hechos: la patria se rompe, el terrorismo vuelve… Ese discurso, que hace las funciones de plato fuerte, se adereza con alguna salsa especial, por ejemplo la mayonesa de la crisis económica, que siempre está a la vuelta de la esquina porque la provocan las mismas corrientes neoliberales que luego se ofrecen a resolverla a base de recortes para casi todos y beneficios estratosféricos para unos pocos; y se remata con una dosis de victimismo: nos atacan, nos desprestigian, lanzan jaurías mediáticas contra nosotros. Y la cosa funciona, no hay más que ver los resultados de las últimas elecciones en Madrid y ayer mismo en Galicia, donde el Partido Popular ha arrasado. Es difícil calcular qué parte de ese éxito se debe al fracaso del PSOE regional y cuánto ha pesado allí el lastre de Puigdemont, capaz de mandar a pique cualquier barco que lo recoja en alta mar, por lo visto.

Podrás acceder antes a las noticias y navegar sin publicidad

La victoria del PP es necesitar a los ultras menos que el PSOE a los nacionalistas

La victoria del PP es necesitar a los ultras menos que el PSOE a los nacionalistas

Son tres o cuatro latiguillos, pero son suficientes. Son conceptos cuyo fin es causar miedo al adversario, por improbable que parezca, en buena lógica, su cristalización en amenazas reales, su paso de las palabras a los hechos: la patria se rompe, el terrorismo vuelve… Ese discurso, que hace........

© infoLibre