Tengo una amiga que dice que estoy con esto muy pillada, que tengo una fijación muy grande o, incluso, una obsesión. Me dice que deje que hable la gente como le dé la gana y que lo acepte sin más. Pero no puedo. Ya sé que al hospital Manuel Lois se le llamaba “el agromán” porque la empresa constructora puso su cartel mientras lo levantaba y también que algunas personas hablan del hospital “Santa Elena” como si el edificio se hubiera dedicado a la madre del emperador Constantino. Pero esto es distinto. Cuando escucho hablar del “Muelle del Tinto” se me erizan los pelos, se me cambia la cara y una sensación extraña me recorre el cuerpo empezando desde los pies y acabando en el estómago. El martirio, bien lo saben ustedes, es casi........