Al segundo día de la tregua del pasado mes de noviembre, algunas familias de Gaza se acercaron a la playa. El tiempo acompañaba y ese día no caerían bombas asesinas. Las mujeres aprovecharon para lavar y los niños para bañarse, tras mes y medio de escasez de agua. Estremece ver ahora esas imágenes de niños jugando y corriendo mientras sus mayores los contemplan, con rostros cansados y a la vez sonrientes… El sol y el mar eran reales, la sensación de paz, un espejismo. Como si sonrisa y juegos no fueran su derecho.
Esos días fueron un respiro de cordura, un destello de posibilidad. Un espejo fugaz donde la........