El acontecimiento que más celebro tras los reyes magos es la disminución en la emisión de los anuncios de perfumes, que no perfúmenes ni perjúmenes, como dice la canción. Cada vez que me sentaba frente a la caja tonta y se anunciaba una fragancia, en mi mente chisporroteaban cables intentando descifrar la historia detrás de ese bote de oloroso y caro líquido con el que perfumamos nuestro cuerpo la mayoría de los mortales.
Algunos pueden permitirse gastarse la pasta en su esencia favorita, otros cruzan los dedos para que alguien se la regale. Una gran cantidad de seres racionales no sucumben a las grandes marcas y tiran de imitaciones o de aquellas que son más asequibles.
En un mercado donde parece que ya todo........