Todo tiene un sentido y una orientación, lo que nos exige activar la cátedra viviente a golpe de latidos, que es como se reconstruye la autenticidad y se impulsa las verdaderas fuentes de vida. Cada día corremos el riesgo de perder el dominio, de ser esclavos de un mercado de intereses que negocian con nuestros sentimientos, lo que genera una continua contradicción entre lo que decimos y luego hacemos. Venderse o comercializarse, por tanto, es un despilfarro al esfuerzo, cuyo órgano es nuestro mayor tesoro místico-vivencial.
Déjennos ser lo que queramos ser, siempre que pongamos voluntad en los reencuentros; sólo así, podremos ser más poesía que poder. El verso une, mientras el poderío esclaviza. Tan sólo de este modo, nuestro interior puede acoger y ofrecer un hogar de bondad y bien. En........