Casi todo es mentira, incluido este aserto. Teruel –hablo de la inmensa paramera– es una ficción transida de retórica, un creciente inventario de carencias, asumidas con naturalidad.
Que el tren no chufle no es noticia en Teruel (sí lo es en las atestadas ‘rodalíes’ de la España pujante); que el médico no alcance no parece dolerles ni a los cuatro pacientes que quedan, sin contar los enfermos de soledad, que, como la falta de médicos, es un mal global, así que para qué liarla. Seguro que habrá más ejemplos de esta terca........