K

A cien años de su muerte, que me perdone el checo, nadie lo lee, pero todos lo sufrimos. El mundo se ha vuelto tan kafkiano (¡también esta remota provincia impenetrable!) que todos somos K: todos atrapados en la maraña y en la espera, todos a ver qué.

Gregorio Samsa, el más célebre de sus disfraces, conocido incluso por los bachilleres, abrió esa puerta sin retorno.

Por ahí vamos saliendo, individual o colectivamente, hacia el despeñadero. La irremediable transformación, la habitación cerrada, la pena de sí mismo, el apagamiento:........

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