Basura

La basura, como todos los entes domésticos, merecería una oda a lo Pablo Neruda, pero según anochece y bajo con la mía, en cuanto abro el contenedor y deposito la bolsa, se me va la inspiración. No hay poética en esta dejadez ciudadana, que no despierta el canto a los humildes restos, sino el sucio fastidio y, al cabo, la resignación.

Para resignación, por supuesto, la del triste contenedor. Su vulgaridad soez, su boca mellada, su seno desolado. Lo llena el vecindario con peladuras y raspas y rosigados huesos; no hay nada que objetar: es........

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