No es posible empeorarlo. Aceptar la dependencia de un prófugo de la Justicia -al menos hasta la publicación de la ley de amnistía- para gobernar a 48 millones de españoles no tiene relación con la determinación o la gallardía sino con el empeño en aferrarse al poder.
Se ha reflejado tantas veces, se ha escrito y se ha manifestado con tanta profusión en distintos medios -todos de la órbita del ‘fango’, por supuesto- que ya a nadie sorprendió la aprobación de la........© Heraldo de Aragón